Conocí al licenciado Jaime Tovar en la manga 
“Pedro Juan Corrales” de San Juan de Los Morros hace una década, durante un evento nacional. Entonces, él era colaborador activo de www.torscoleados.com, trabajaba de bionalista en un centro médico de la ciudad que lo vio nacer, asistía a las competencias con recursos propios, mostrando mucha seriedad y eficacia, además de mostrar un altísimo conocimiento de las reglas oficiales y la historia de la disciplina de cabo a rabo. Toda una autoridad en este escenario. Desde entonces sentí un gran respeto y admiración por su labor de cronista a tiempo completo y de investigador del deporte recio.
Sus notas pasaron a formar parte de la teoría crítica de los toros coleados en Venezuela. Han sido muchos los encuentros, las encerronas, las visitas, los encuentros en que tuve la oportunidad de consultarlo. Muchas veces me comentaba unas reseñas humorísticas sobre alguna competencia donde la picardía de los coleadores se imponía. En otras oportunidades, hablaba de la mala aplicación del reglamento, lo cual al finalizar una competencia incidía en el resultado de un campeonato individual y hasta colectivo. Sin embargo, fue siempre muy respetuoso de las autoridades de la Federación de coleo de Venezuela, hasta consejos le dio cuando tuvo su momento. Luego que salía de las vacaciones o durante un fin de semana, se instalaba en las mangas de coleo del país para dar su versión de uno y otro evento local, regional o nacional. Las entretenidas entrevistas aisladas en la televisión, los artículos informativos, donde él participaba, se hicieron un hábito entre quienes hemos estado tras la información de esta disciplina deportiva desde que incursionamos en la misma a través de la palabra escrita.
Ha resistido al círculo pernicioso al que fue sometido cuando entró en polémica con el desaparecido Víctor Manuel Sarmiento, se colocó en una posición honorable sin causar muchos comentarios adversos. Ha recibido distintos homenajes para reconocer su gran labor. Igual hicieron en muchas localidades de Carabobo. Nunca ha cambiado su posición y orientación de la concepción que siente por el coleo. Nunca ha callado, claro está, para manifestar algunas situaciones negativas que han ocurrido en el transcurso de las gestiones de los presidentes que han pasado por la Federación venezolana de coleo. Incansable, estudia, investiga y prepara a diario sus semblanzas, sus encuentros con personajes que día a día dejan su pedazo de historia en el deporte recio, apelando a su vena de testigo presencial de los hechos. Todo el tiempo sus seguidores, amigos y hasta fanáticos del coleo se le acercan para hacerles preguntas frecuentemente. Lo cierto es que en las competencias donde se presenta mucha gente está pendiente de escucharlo, sabiendo de su dominio sobre todas las competencias desde el siglo pasado hasta el presente y además para que le brinde esas confidencias que nunca aparecen en la prensa o en los libros como en los casos de los sobrenombres que se le ponen a los atletas hasta las marcas o record que se han realizado en más de cincuenta años de competencias.
Actualmente se ha sumado a las nuevas tecnologías y posee un espacio en el Facebook. No tengo la menor duda que es un libro abierto, mejor dicho una gran enciclopedia ambulante por nuestras grandes mangas de coleo a nivel nacional. La alegría, el orgullo, la solidaridad que hoy en día nos embarga por su aporte, nos deja también un gran legado: el cronista, no ha dejado de ser la Biblia del coleo, más bien se mantiene apegado a esa gran pasión deportiva. Siempre nos ha dejado una lección de amor, fervor y de encantamiento por los toros coleados y su gente.
No hay dudas, Jaime Tovar, que por todos los lustros por venir muchos aficionados y lectores seguirán tu legado. No se equivocaron cuando te bautizaron como La Biblia del Coleo de Venezuela.
